"...mejor, pues, que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época." J. Lacan.

Memoria histórica e inconsciente

"Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espira a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes" (J. Lacan, "Función y campo de la palabra y del lenguaje ... ")

I

Se habla mucho estos días en España de distintos aspectos que conectan directamente con los estragos que ocasionaron en los protagonistas de la guerra civil española las situaciones vividas y las resoluciones personales que la subjetividad de cada uno dictó. Este ha sido siempre un tema recurrente en la literatura, en el cine(1), en las reflexiones sociológicas, en la política, en los medios de comunicación, en lo familiar, en los análisis personales también, y aún así, todo eso no sería el motivo por el cual traería el tema a estas Jornadas(2).

Me interesa en cambio distinguir la lógica del discurso común de la lógica que sostiene el discurso analítico y fundamentalmente, cómo el concepto de inconsciente implica una ruptura radical respecto a todo discurso social. En esta perspectiva, el concepto de tiempo que el psicoanálisis ha articulado desde Freud es subsidiario de la radicalidad de esta distinción y tiene que ver con la novedad de la noción de realidad que introduce el descubrimiento del inconsciente.

La realidad es planteada en el psicoanálisis como absolutamente unívoca(3), y la temporalidad introducida por la consideración freudiana del inconsciente(4) se inscribe en esa realidad en tanto que sabiéndola afectada por el fantasma y en la perspectiva de que el sujeto realiza su división misma en lo social(5). Es decir, que el inconsciente se halle fuera de tiempo implica la ruptura radical del psicoanálisis respecto a toda filosofía moral que trate de explicar el mundo, al tiempo que se esfuerza en anudar el concepto de tiempo que se deduce de la estructura del analizante a la lógica misma que sostiene el dispositivo analítico y al lugar del analista en la cura.

Si bien el inconsciente no conoce el tiempo, ni la contradicción, un discurso requiere un ordenamiento temporal de la cadena significante, tiene una dimensión temporal, un espesor(6) y por eso Lacan, tradujo la atemporalidad del inconsciente en términos de espacio. Con esta formalización que pertenece a Freud, podemos cernir como el sujeto toma posiciones distintas respecto a la impotencia y la imposibilidad que cada discurso dibuja: por ejemplo, el sujeto en el discurso de la ciencia es forcluido y eso tiene sus efectos en lo social. Pero también podemos plantear qué lugar ocupa en el discurso del amo, el discurso histérico, el discurso universitario y también cómo desde la consideración espacio-temporal que el cuarto de vuelta instituye, la evanencencia del sujeto en lo social se manifiesta en los sufrimientos que se le imponen en nombre de los ideales, la religión, las pasiones, la bondad, la economía, la enfermedad, etc.

II

El inconsciente es la manera de estar el sujeto impregnado por el lenguaje, es en el materialismo de la palabra donde reside su asidero, es lo que hace que cada cual sustente el síntoma(7) y que sólo se interprete correctamente su sentido alejándose de toda normatividad sociológicamente fundamentada. Ese trabajo se hace de una vez, fuera del tiempo y no resulta de ningún proceso educador, sino que se adentra en el destino de las pulsiones.

Sólo hay un síntoma social: cada individuo es realmente un proletario, es decir, no tiene ningún discurso con qué hacer lazo social, dicho con otro término, semblante(8). Al respecto, rescato de La Tercera la definición de síntoma como aquello que viene de lo real y a lo que si se le da sentido, prolifera o revienta(9), para destacar que el sentido del síntoma(10) depende del porvenir de lo real, es decir del éxito del psicoanálisis. Lacan nos habla del éxito y del fracaso de psicoanálisis en clara referencia al síntoma como real: Si el psicoanálisis tiene éxito se extinguirá hasta no ser más que un síntoma olvidado. Si el psicoanálisis fracasa, se multiplicará(11) y eso nos lo dice en un contexto donde reflexiona sobre el efecto en lo social de "la religión verdadera", para anunciar que no está loca, que se vale de todas las esperanzas, que las santifica.

Que el síntoma(12) necesite de la transferencia para poner en acto la realidad sexual del inconsciente no excluye una relación del sujeto a la temporalidad que puede ser dilucidada a través de las relaciones de la repetición con el rasgo unario(marca simbólica). Estamos en una lógica donde temporalidad y huella se conjugan en una tentativa por estructurar la falta bajo la forma de una arqueología donde repetición y desfasaje se suceden.

La repetición no tiene nada que ver con la memoria donde la huella tiene justamente por efecto la no repetición. Por el contrario ante una situación de fracaso que se repite, la huella tiene una función distinta: implica algo perdido y volvemos a encontrar el objeto a. Al respecto, Lacan nos dice: "Si ustedes esperan atrapar una articulación lógica en la realidad, serán estafados siempre, porque la realidad está construida sobre el sujeto del conocimiento y construida, precisamente para que ustedes no lo encuentren jamas"(13).

La realidad esta vacía, el fantasma está cerrado sobre si mismo(14), no es más que un montaje gramatical donde se ordena el destino de la pulsión. Toda su lógica viene a suplir la inadecuación del pensamiento o la imposibilidad de una subjetivación del sexo. Esta es la verdad del "yo no soy".

III

El discurso social nos plantea con insistencia, por otra parte, algo respecto a un concepto que me interesa rescatar y considerar desde el psicoanálisis, para aproximarnos a él desde una lógica que considere lo imaginario, lo simbólico y lo real y desde una concepción de lo que es el síntoma que considere la estructura y la temporalidad del inconsciente.

Se trata de la memoria histórica ¿Qué quiere decir en este contexto de discurso, memoria histórica? ¿Cómo se articula en el sujeto del psicoanálisis este concepto, teniendo en cuenta que el psicoanálisis preserva como esencial una relación de medida del hombre consigo mismo(15)? Al respecto, Lacan nos recuerda(16) que la cadena que ata al hombre a la ley significante no es la misma en el plano de la familia que en el plano de la comunidad. Y me pregunto ¿Qué quiere decir esto respecto a la memoria histórica que en el plano de la conciencia toma forma, impregnada de los efectos de la identificación?. ¿Como articular lícitamente ese argumento fantasmatico --de cualquiera-- que se presenta como un pequeño drama, una gesta y que es el mito individual del neurótico, cuya función es dar forma discursiva a algo que no puede ser transmitido(17) y el compromiso lógico que implica el biendecir con el acto "político" que la ética del psicoanálisis postula?.

Freud nos habla del olvido, del tropiezo de la memoria(18), de lo reprimido inconsciente, del deseo consustancial a la falta, etc. y después de establecida su metapsicologia y reescrito su teoría pulsional, de cómo todos estos mecanismos que empalman a la neurosis con un real, tienen su correlato en lo social a través de la religión, los ideales, la patria, el malestar en la cultura, etc. El principio de realidad y el principio del placer abrochan su articulación.

Por su parte, Lacan(19) nos da las coordenadas de la articulación de la memoria(20) con la repetición y lo traumático y al separar el sujeto de la enunciación del sujeto del enunciado formaliza lo que Freud anuncia respecto a que lo esencial, no es tanto saber si un acontecimiento tuvo realmente lugar o no, sino descubrir cómo pudo el sujeto articularlo, es decir, verificar la escena por la existencia de un síntoma donde la verdad participa ligada con la lógica inconsciente y el goce del sujeto.

IV

Como he destacado, no es que me interese en este contexto por lo que pasó en la Guerra Civil española en un sentido epistémico, --lo cual también tendría su pertinencia-- me intereso por la inscripción simbólica del hecho histórico en la subjetividad de mi época(21) y su vinculación al Ideal del yo que sostiene las conductas, pues como nos recuerda J. Lacan en Las Formaciones del Inconsciente, "las distintas formas del Ideal del yo, no son como se cree, efecto de una sublimación. Muy al contrario, su formación siempre va más o menos acompañada de una erotización de la relación simbólica".

Para aproximarnos a ello, la consideración del tiempo en psicoanálisis tal y como J. Lacan la abordó, es una herramienta que nos permite ser coherentes respecto al hecho de que si bien el psicoanálisis no es una cosmología, si da cuenta de las formas del lazo social entre los hombres. Hay numerosas formas de orientarse respecto a esto en la obra de Lacan. El esquema L que articula al otro y al Otro; el esquema R que introduce una topología de torsión y la categoría de lo real; la formulación del par alienación-separación que da cuenta del significante y el goce implicado en lo que hace insignia para el sujeto y que es otra manera de nombrar, deseo y causa; el grafo del deseo, estructura con transformaciones, que da una solución al problema del uno y lo múltiple actuando no sólo en recorridos espaciales sino también enunciando los efectos sobre la atemporalidad del inconsciente que el dispositivo analítico produce; los cuatro discursos con su trama de tejido y permutación de lugares y funciones; las formulas de la sexuación, que testimonian de la posición del psicoanálisis en una sociedad donde se palpan los efectos de la universalización introducida por la ciencia y la topología con la que J. Lacan trata de asir lo imaginario.

¿Qué quería decir J. Lacan cuando en el Seminario de la Etica, nos recomienda que desde el discurso analítico, el psicoanalista se implique con la subjetividad de su época? Acaso, implica la militancia política o ¿se refiere a formalizar algunos elementos de la teoría de manera que permitan abordar la realidad social, sin declinar en los objetivos que la ética del psicoanálisis exige?

Hoy en esa realidad social a la que me refiero, lo psi está en todas partes. Paradójicamente cuanto más se acentúan los efectos de la ciencia, más se cubre el malestar con distintas terapias y modos mistificantes de comprensión, a cada cual más impregnado de fantasmas sádicos en sus oficiantes. En cambio, desde el psicoanálisis sabemos que la interpretación que llevaría algo del saber al lugar de la verdad, no es una hermenéutica, que lo esperado es la sorpresa... sobre lo traumático, que la interpretación recae sobre lo que recorta la realidad. Y sabemos también que lo primario, por su estructura, sólo funciona con un todo o nada de huella. Está allí para significar tan sólo que la insatisfacción es el primer componente del psiquismo(22).

¿Como articular la ética del biendecir que postula el psicoanálisis con lo traumático, para que lo traumático social no se convierta en un lagrimeo absurdo o en una coartada para la repetición subjetiva?. ¿Cómo incidir o pasar desapercibidos en el tratamiento del malestar que se encapsula por doquier en reglamentos, leyes y disposiciones desde que las instituciones sociales se ocupan de él bajo el modelo de la ciencia?. ¿Como el fin del análisis y la caída de las identificaciones que permitirá la distancia adecuada entre la I idealizante de la identificación y el objeto a podría tener su fundamento colectivo en una Escuela?

Por otra parte, como ya he dicho, no he leído nunca en Freud ni en Lacan, sino muy al contrario que los analistas no se tengan que ocupar de lo social. Nosotros mismos, en los últimos años nos hemos ocupado de temas tan candentes como el síntoma, la globalización, los mercados, y hemos hecho una lectura psicoanalítica del malestar que en la cultura adviene respecto a esta realidad social.

V

Volviendo al tema de la guerra civil española ¿Se trataría del olvido de las penalidades que nadie discute, de los perdedores de la guerra, tanto si se quedaron en España y vivieron lo que se ha venido llamando la cárcel generalizada, como aquellos que lograron salir y se toparon de bruces con la segunda guerra mundial?. ¿Se trataría de ignorar lo pasado por todos aquellos que se adaptaron a la manera que muestra "La lengua de las mariposas", sin preguntarnos qué inscripción simbólica sostiene esa posición y concluyendo únicamente sobre el no querer saber propio de la neurosis?. ¿Se trataría de postular un cinismo teorizado desde el psicoanálisis?. Lacan nos advierte al respecto cuando nos habla del devenir del canalla y del imbécil. ¿Se trataría de introducir en la dimensión temporal que el yo establece, la solución a lo traumático como postula la ego-psycology?. ¿Se trataría de la adaptación del sujeto a la realidad social y el borramiento de los contornos del discurso inédito del psicoanálisis? ¿Se postula acaso desde el psicoanálisis los estándares normativizantes de la psicología?

Al contrario, la consideración del tiempo que introduce J. Lacan con El tiempo lógico.... y en Función y campo de la palabra..., y que podemos rastrear hasta los últimos seminarios dictados, nos abre una perspectiva clínica que tiene su correlato en el tiempo de la sesión analítica, pero también tiene su fundamento en el tratamiento temporal de los conceptos freudianos que legitiman el manejo del tiempo y su formalización de lo que se ha venido en llamar sesiones cortas, de tiempo variable, etc. y que fue una de las razones que en el 53 la IPA esgrimió contra J. Lacan(23). Argumento clínico, pero también político en el sentido ético y ante el cual Lacan no cedió sino por el contrario perseveró siempre.

El corte de la sesión implica la sorpresa en la actualización del pasado, pues el sujeto en su inconsistencia lógica traduce una sincronía significante en una pulsación temporal primordial. El sujeto mismo en su evanescencia es el presente del cual se sustrae toda duración, y es la interpretación en tanto temporal la que abre el inconsciente como pulsación temporal, no simplemente un no sabido, sino un no realizado. Al contrario de lo que se ha postulado en ocasiones, es lo consciente lo que representa el goce de un saber(24). Es la consistencia del objeto a el factor que desregula el desarrollo uniforme del tiempo, encarna la inercia de ese goce que se esconde en el seno del tiempo lógico, trayendo consigo todos los pathos del alma: las emociones, los afectos, las pasiones, etc.

VI

Al respecto de la temporalidad, una novela, produjo en mi un efecto de sorpresa que ordenaba la referencia de J. Lacan en el Seminario de las formaciones del Inconsciente, cuando nos dice que "todo discurso que aspira a abordar la realidad se ve obligado a mantenerse en una perspectiva de perpetuo deslizamiento del sentido. En ello reside su mérito y también la razón de que no haya realismo literario, pues en el esfuerzo de ceñirse más a la realidad enunciándola en el discurso, sólo se consigue mostrar lo que añade de desorganizador, incluso de perverso, la introducción del discurso a dicha realidad".

La novela de la que hablo es Soldados de Salamina de Javier Cercas. ¿Qué es entonces lo que quisiera rescatar de esta construcción literaria?

Javier Cercas plantea desde la literatura un tratamiento de la temporalidad de los protagonistas que destaca lo que Lacan nombra como el sujeto advertido. Es apres-coup como podemos retrotraernos a la significación del real que significa el encuentro traumático, más allá de los hechos de la realidad que la memoria histórica se empeña una y otra vez en revivir. O dicho como lo dice Freud en El poeta y los sueños diurnos(25): "El deseo utiliza una ocasión del presente para proyectar, conforme al modelo del pasado, una imagen del porvenir".

Para Freud la relación de la fantasía con el tiempo flota en tres tiempos que dan cuenta de nuestra actividad representativa. Es lo que destaco de la construcción de la novela, sus tres tiempos, sus tres espacios, su posición ante la llamada heroicidad, el modo de rastrear los hechos, el tratamiento de lo contingente a través de algo, como puede ser un pasodoble --Suspiros de España--, para aproximarse a la verdad que como toda verdad, no puede ser dicha.

Esos hombres y mujeres que después de la guerra española tuvieron que vivir la segunda guerra mundial, los campos de concentración, la guerra de Argelia, están descritos respetando las improntas del tiempo subjetivo y la alienación consustancial al Otro que el sujeto hace existir como recurso al malestar. El mismo escritor no se sustrae de dar las coordenadas de su propio deseo, dibujando al final su propia posición cuando nos dice que las palabras sólo están hechas para decirse a sí mismas, para decir lo decible, es decir todo menos lo que nos gobierna.

VII

Freud mantendrá la tesis de que el tiempo es patrimonio de lo consciente y que la relación a él sólo es posible a través del sistema perceptivo, a lo largo de toda su obra.

Desde en la correspondencia(26) con(27) Fliss(28), y el Proyecto de una psicología para neurólogos(29), pasando por La interpretación de los sueños, Psicopatologia de la vida cotidiana, Sobre los recuerdos encubridores, Sobre el mecanismo psíquico de la desmemoria, Personajes psicopáticos en el escenario, el Chiste...(30), la novela familiar del neurótico, etc. hasta Sobre la iniciación del tratamiento de 1913 plantea como el yo introduce el tiempo en el aparato psíquico. En Recuerdo, repetición y elaboración de 1.914 retoma la cuestión desde un planteamiento metapsicologico y en Lo inconsciente de 1915 nos dirá: Los procesos del sistema Inconsciente son atemporares, no están ordenados con arreglo al tiempo, no se modifican por el transcurso de este ni, en general, tienen relación alguna con él. La relación con el tiempo se sigue del trabajo del sistema consciente.

Esta posición teórica será recogida en Juanito y en el hombre de los lobos, para concluir después de la primera guerra mundial en la reflexión sobre las identificaciones, en Psicología de las masas y análisis del yo y sin abandonar el tema hasta Análisis finito e infinito.

Estas consideraciones freudianas tomadas a vuela pluma, presentan la primera paradoja que revela que la cura analítica consiste en hacer pasar el fuera de tiempo del inconsciente que cifra el goce a la temporalidad que es propia del sujeto, entendiendo por esto que no hay más tiempo que el del lenguaje articulado por el ser para el sexo.

Dicho de otra manera, ante la ética que sostiene el discurso del amo, la del bien, soberano o no, el psicoanálisis propone la ética del discurso analítico. Aún resaltando esta propuesta no por ello dejará J. Lacan de considerar con Freud la ética del discurso histérico y vinculará la historia a la histeria y la obsesión a las condiciones de la misma, diciendo que esa emergencia del tiempo del sujeto por la función del objeto puesta de relieve en la configuración de la precipitación del sujeto en el acto, facilitan un cuarto de vuelta mediante el cual colocar a ese objeto causa del deseo en el lugar del agente.

Explicaciones, razonamientos, pensamientos que se juegan en el campo del narcisismo, del ideal, de las identificaciones, de la culpa, del goce y que testimonian de una repetición cuya ruptura solo adviene en esa otra lógica que introduce el tiempo en relación a la duración y al instante. Al lado del factor epistémico cuya importancia destaca Freud, está el factor temporal y al respecto es necesario orientarse en la estructura.

VIII

Que el inconsciente se halle fuera de tiempo da cuenta entonces de la enorme vitalidad de lo traumático en el sujeto y explica como cualquier terapia no sería más que sustitución sintomática al no abordar dialécticamente en el sujeto la asintota temporal de la lógica de la alienación-separación para desanudar los significantes que aprisionan al sujeto.

¿Quizás no habla de eso la novela de Javier Cercas, Soldados de Salamina?. La novela tiene su colofón en la mítica conversación en Dijon del escritor con el viejo comunista catalán "que tuvo el coraje y el instinto de la virtud y por eso no se equivoco nunca o no se equivocó en el único momento en que de verdad importaba no equivocarse".

Pues si el decir del inconsciente no conoce el tiempo, la temporalidad del sujeto surge por la producción de un saber que desenmascara las identificaciones yoicas donde el goce está implicado, para alcanzar la producción del significante amo que operaba históricamente desde el lugar del Otro.

1 - Manuel Rivas. La lengua de las mariposas.2- Por cierto, Jornadas estas que entre otras obras culturales de Madrid recomienda la exposición de Exiliados, que también ha tenido su programa de televisión los últimos dos domingos.

3 - J. Lacan. Del psicoanálisis y sus relaciones con la realidad. Diciembre de 1.967

4 - El inconsciente no conoce la contradicción.

5 - El inconsciente es el discurso del Otro y se constituye en la dialéctica simbólica, pero también en lo imaginario que le da densidad de subsistencia y en lo axiomático de lo real.

6 - J. Lacan. Seminario V.

7 - J. Lacan. Conferencia en Ginebra sobre el síntoma Octubre 1.975

8 - J. Lacan. La tercera

9 - Nutrir al síntoma, a lo real, de sentido, es tan sólo darle continuidad de subsistencia. La interpretación debe apuntar a lo esencial que hay en el juego de palabras para no ser la que nutre al síntoma de sentido.

10 - En el mensaje, el sentido nace.

11 - J. Lacan. La Tercera

12 - El síntoma es la expresión, la significación de un rechazo.

13 - J. Lacan. Seminario del acto analítico.

14 - J. Lacan: Seminario del Acto analítico.

15 - J. Lacan: El mito individual del neurótico. 1953

16 - J Lacan: Seminario de Las formaciones del Inconsciente

17 - idem.

18 - S. Freud. Signorelli

19 - J. Lacan. Seminario del acto analítico

20 - J. Lacan. Seminario del acto analítico: El cogito es el lugar donde se origina esa repetición del sujeto y el lugar donde se instaura un recurso al Otro, tomado en tanto que supuestamente no afectado por la marca.

21 - Lacan nos recomienda en el Seminario de la Etica no olvidar la implicación del psicoanalista con la subjetividad de su época.

22 - J. Lacan. Del psicoanálisis y sus relaciones con la realidad. Diciembre de 1967

23 - J. Lacan. Carta a Loewenstein.

24 - J. Lacan. Conferencia en Ginebra sobre el síntoma. Octubre de 1.975: "No hay necesidad de saber que se sabe para gozar de un saber".

25 - La relación de la fantasía con el tiempo es muy importante para Freud.

26 - Sigmund Freud. Carta 52

27 - Sigmund Freud. Manuscrito N (Anotaciones III) 31.5.1897

28 - Sigmund Freud: Manuscrito K

29 - Sigmund Freud. Proyecto de una psicología para neurólogos.

30 - Al respecto, J. Lacan nos dice: cada vez que estamos ante una formación del inconsciente hemos de buscar sistemáticamente las ruinas del objeto metonimico.

Autor: Pilar Dasí - 01/10/2002