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La vergüenza es un afecto eminentemente psicoanalítico de la serie de la culpabilidad. Pero no es lo mismo. En efecto, es con el término de vergüenza y con el de culpabilidad que Lacan eligió revisar la cuestión del malestar que puso de manifiesto el mayo francés en 1968.
El debate fundamental de Lacan siempre fue un debate con la civilización, en la medida que ella conduce a negar la vergüenza, algo que está hoy en vías de ser globalizado, con la americanización o con el utilitarismo.
El discurso analítico trata de producir vergüenza cuando analiza el malestar, pues el hombre moderno ocupa su lugar en el discurso universal y lo sostiene como puede, colabora en el progreso de la ciencia y, al mismo tiempo, olvida su subjetividad, su existencia y su muerte, no sin consecuencias.
Hoy nos encontramos en el punto donde el discurso dominante prescribe no tener más vergüenza. ¿Qué quiere decir esto? La regulación del vínculo social se hace sin el uno unificador del ideal… Eso produce fragilidad del sujeto moderno. El “ya no hay vergüenza” de Lacan se traduce en que estamos en la época del eclipse de la mirada del Otro como portadora de vergüenza.
Ahora la mirada no es otra cosa que una mirada que también goza. La desaparición de la vergüenza quiere decir que el sujeto deja de quedar representado por un significante válido.
El 15M subrayó esto. Puso de manifiesto la necesidad de devolver al significante la dignidad que requiere para representar un discurso que no tenga las consecuencias sobre los sujetos que tiene el discurso capitalista, en el cual todos somos mercancías.
El 15 M les dijo a los políticos: Siento vergüenza de todos tus actos que vienen a ratificar esa vergüenza que me devasta. ¡Tú no pareces avergonzado!. Y sin embargo te convoco una y otra vez a un a rectificación imposible por estructura. La estructura del discurso capitalista.
Desde la perspectiva del discurso, ¿Qué significó el 15 M? ¿Desde dónde abordar un análisis sobre los acontecimientos? ¿Es un acontecimiento, en el sentido que Lacan decía que Freud fue un acontecimiento?. Freud dejó su incidencia en la historia de la humanidad con el descubrimiento del inconsciente. Creo que el 15 M permitió entrar lo impensable en las redes de un discurso y por eso fue un acontecimiento.
Posiblemente aún no podemos concluir fehacientemente sobre los efectos del 15 M y no obstante hay algunos indicios interesantes.
1.- La evanescencia del sujeto (como alteridad) en lo social nos afecta principalmente en las democracias.
2.- El 15 M como todos los movimientos emergentes de la historia implica un cambio en los goces de los sujetos implicados y también en aquellos que no ven con simpatía sus manifestaciones. Yo aventuraba hace 7 años que eso tendría consecuencias sobre el bipartidismo, lo que es confirmado hoy por las encuestas.
3.- El 15 M fue un movimiento vinculado a un imaginario creativo que interrogó a un orden simbólico para restituir una mirada portadora de vergüenza.
4.- Hasta entonces y desde hacia muchos años se había perdido la dimensión de lo verdadero, del bien. Y los incautos gritaron contra las consecuencias del discurso capitalista. Y es que los no incautos yerran.
5.-En todas las frases que se coreaban, en todas las pancartas, en todos los eslóganes, había un llamado a restituir la vergüenza.
6.- Hoy la política es susceptible de causar vergüenza: una acumulación insensata del capital financiero y una política que ha dejado de cumplir los “ideales” de la verdad y el saber lo atestiguan.
J.A. Miller ha perfilado en su seminario el cambio en las identificaciones que sostienen la política del S XXI: ser excepcional no se soporta más y aparece un “todos uniformes” que se observa por lo que bruscamente se ha hecho insoportable.
José Luis Sampedro afirmó que, “con la mal llamada globalización los poderes políticos han abdicado de su función política a favor de los financieros, lo que ha conducido a unos déficits democráticos importantes y a la crisis”.
Baltasar Garzón: "Alguien ha dicho que nos ha tocado vivir los tiempos de la vergüenza, la mediocridad y la renuncia".
Stéphane Hessel: "para canalizar el descontento y desconcierto que la crisis de un sistema, a escala global y local, vierte sobre la sociedad, tienes que ser capaz, por fin, de movilizarte. Es hora de actuar".
Actuemos pues, seamos excepcionales, recuperemos la vergüenza y tratemos de generar un nuevo discurso y un más allá del discurso que incluya al 15M como acontecimiento que permita ad-venir un cambio.
Autor: Pilar Dasí - 15/05/2018