Actividad conjunta del Foro Lacaniano de Valencia (FLV) y del Col·legi de Clínica Psicoanalítica de Valencia (FCCL-Valencia)
Presenta: Pilar Dasí
Día 1 de febrero de 2013 a las 19,15 h.
C/ Ciscar, 34 46005 Valencia
Una mentira de fábula, con guisos y vinos eróticos para enamorar de Pepa Úbeda
Lo primero que me erotizó (entendiendo erotismo al modo de Bataille, en Las lágrimas de Eros, por ejemplo, o al modo freudiano, para ser más exactos…) fue su “escritura” sobre el aceite de oliva…
Pepa Úbeda, la intitula “El perfume de oro” y recorre los sentidos para evocar la memoria de cada uno respecto a las sensaciones y emociones de este producto, que siendo culinario, traspasa ese uso, para adentrarse en cada rincón de nuestra piel, de nuestra historia y de nuestras sensaciones.
Yo evoqué mucho de aquello a lo que nos convoca Pepa, pero si tuviese que elegir la sensación más fuerte, seguramente me instalaría en mi ventana de Benissa, viendo el anverso y el reverso de las hojas del olivo, que brillando en mil contrastes plateados, me convocan una y otra vez, a un ritual de lectura para el alma. O quizás, evocaría los pájaros que acuden a picotear las olivas, que caídas en el suelo, reclaman ser útiles al menos, para que el ciclo de la naturaleza siga su curso. O, tal vez, rememorase, una ensalada preparada con mimo, con sal gruesa y aceite de oliva, para masticar lentamente mientras rumio mil cosas de política, de psicoanálisis, de arte, de literatura, de amores y desamores, de pérdidas, de momentos felices, de erotismo.
Una ensalada y el recuerdo de un amante hacen una combinación culinaria de lo más excitante, pero también puedo medir la velocidad de la ingesta, según el telediario mienta más o menos, y en un acto irreflexivo, comer al ritmo de mi indignación.
Quién me conoce sabe que me gusta el vino. Raramente me ocupo de otras bebidas alcohólicas, pues sólo el vino logra que, por fin, mi cuerpo respire. Es una broma. Pero lo que no es una broma, es, cómo dice Pepa, que vino y aceite de oliva son hijos del Mediterráneo y del erotismo. Y además, tomado con moderación, el partenaire ideal de la gastronomía.
Y para aproximarnos al aceite de oliva, al vino y al erotismo, tenemos Las recetas de Pepa Úbeda:
Erizos de mar con relleno cremoso y fresco de tomate, para una pareja hambrienta.
Humus y percebes templados sobre rollitos de anís molidos, para una pareja en periplo erótico.
Ostra revestida de tocino ibérico, para una pareja oceánica.
Sopa de konbu y shiitake con verduras, para una pareja aterida.
Brevas humedecidas con cilindros de foie, para una pareja ecológicamente correcta.
Mollejas con surtido de hongos en cazuela de hierro, para una actuación trepidante a dos manos.
Explosión de chocolate caliente sobre fresas en su jugo, para un par que se convirtió en un trio.
Creo no equivocarme al suponer, que cada uno de ustedes, ya ha elegido la receta que le evoca, su relación particular… al aceite de oliva, al vino y al erotismo. Para conocer los ingredientes, el modo de preparación y los resultados, ustedes deberían comprar el libro de Pepa Úbeda.
Pero no hay erotismo sin música, ya que el erotismo, no sólo tiene que ver con el encuentro de los cuerpos, sino que requiere de la memoria y hace imprescindible la palabra, aún cuando está no sea más que portadora de silencios. Desde el sonido del viento, el murmullo de los amantes, las palabras del otro, o las propuestas que nos hace Pepa en su libro.
Cada receta y cada cuento (de los que hablaré enseguida) está acompañado de una o varias propuestas musicales.
Billie Holiday, en Mantelería de hilo.
El segundo concierto para piano de Rackmaninov, en Serpentina dorada.
La Traviata, por María Callas, en El amante de Mesogea.
I´m your man de Leonard Cohen, en Cuando más oscura es la noche.
El bolero de Ravel, en Cassoulet.
Daphne, la ópera más lírica de Strauss, en Ritual.
Las Variaciones Goldberg en versión de Jacques Loussier, y en versión de Eleonore Búhler-Kestler, en Tabú.
Y cual es mi preferida? . Que receta y que música?. Me guiaré por mis sentidos y por losefectos de la primera lectura... Aunque, al releer el libro para preparar estas palabras, he encontrado en cada historia, en cada personaje, la sensibilidad de las distintas aristas que componen una vida.
Cuando Pepa me propuso que yo presentara el libro, aquí en el Col·legi de Clínica Psicoanalítica de Valencia y en el Foro Lacaniano de Valencia (es una actividad conjunta), ojee junto a ella y con una copa de vino blanco delante, las imágenes del libro. Una me llamó poderosamente la atención y comprendí, aún sin haber leído el libro de que se trataba…, qué evocaba en mi la imagen de esos dos cuerpos. Es la imagen que ha sido convocatoria para todos ustedes hoy.
Corresponde al relato, Cassoulet, y la imagen y el texto, me han gustado especialmente. Pero también la música y por supuesto, la receta.
En el relato, están convocados el Ampurdán y Menorca, una ménade en éxtasis, las masías recuperadas con buen gusto, el vino Casta Diva y el encuentro “posible” de una mujer inteligente, segura y atractiva, con un hombre atraído por la belleza y con paciencia. Y al mismo tiempo, resulta inquietante y contingente, lo que los ha llevado hasta allí… como el amor, que es contingente, que es inquietante, que refleja, como dice Pepa en alguna parte del libro, citando a Mies van der Rohe, que menos es más.
Pero de todo el libro, una frase me ha hecho pensar, una vez más, en que los poetas, dicen mejor que los psicoanalistas, lo que el viejo profesor Freud descubrió.
En posición de loto me recibe;serpiente a árbol enroscada; troncos los dos sagrados vetándose el paso al aire.
Mientras crece entre mis manos, mientras hace por ascender entre mis muslos, quietos, silentes, engullidos cada uno por su deseo, se desvelan los sentidos y en buena disposición se eleva al vaivén de mis caderas, danza rítmica que se estrena humilde. Leve,arriba y abajo rebusca por canal; antorcha ardiente que va abriendo sendero, empujando golosa, inmovilizándose mesurada. En suspenso ambos un instante, le estorbo la entrada como si de una comedia de enredo se tratase. Serpentina dorada.
Vayamos pues a los relatos.
1.- Mantelería de hilo.
Erizos de mar con relleno cremoso y fresco de tomate, para una pareja hambrienta, con música de Billie Holiday.
Oriol y Marta, en un encuentro ritual que vuelve cada verano masía tras masía al Ampurdán, saborean erizos de mar mientras realizan ejercicios táctiles por debajo del mantel de hilo de una mesa de 12 comensales.
2.- Serpentina dorada.
Humus y percebes templados sobre rollitos de anís molidos, para una pareja en periplo erótico. Música: El segundo concierto para piano de Rackmaninov.
… nos convertimos los dos en geometrías espoleadas por un aroma que empapa resquicios.
Mientras yo dormía, Luis ha desmontado el escenario. Ahora mismo enjuaga los platos,llena el cubo de la basura, con los restos de la cena y de las velas de cera de abeja rodeando la bañera. Me levanto. Tendré que lavar el edredón….
3.- El amante de Mesogea.
Ostra revestida de tocino ibérico, para una pareja oceánica, escuchando la Traviata, interpretada por María Callas.
Masturbación femenina. Un día, ya casi terminado el otoño, se fue a vivir junto al mar. Se le había metido en la cabeza que sólo así cerraría definitivamente el duelo por Fernando. A la ciudad, ya sólo volvía para trabajar.
Desvestirse lentamente mientras observa su cuerpo en el espejo o sentir cómo se diluyen las sensaciones de su piel al bañarse o jugar con la comida entre la lengua y el paladar formaba parte del ritual. Olores, texturas, sabores, ostras, y cava, en copa de crista redonda, como sus pechos…
Cae en la cama… y se deleita en aquella postal del koúroi de Mesogea que compró, hace ya tanto tiempo, en el Museo Arqueológico de Atenas.
El cava le había traído un amante único, el amante de otro mundo por el camino del sueño.
4.- Cuando más oscura es la noche.
Sopa de konbu y shiitake con verduras, para una pareja aterida, que escucha a Leonard Cohen, interpretando I´m your man.
Por seductor, atractivo y joven, Marc capta en seguida caprichos y debilidades, ya que ha conocido a muchas y sabe cómo ganarse a ésta. Laia no presta atención a las mentiras que le está contando. Ya tiene bastante con catar la pieza. .. los trofeos en dehesas forasteras.
Intuía que seria de los que siempre están a punto, de los que saben cuándo detenerse y cuándo avanzar. Se deja llevar por la melancolía….
Poco antes del alba, cuando más oscura es la noche, las gaviotas quiebran el silencio. Lo contempla. Algo fascinante la recorre, le lacera la entrepierna. Marc, intuyendo el instante, abre los ojos y se prepara. Pasa al baño y se ajusta por debajo del glande un capricho que Laia ha traído.
… La historia es complicada, os recomiendo leerla…
5.- Cassoulet.
Brevas humedecidas con cilindros de foie, para una pareja ecológicamente correcta, acompañadas en el desfile verbal y culinario, por El boleto de Ravel.
Ángel ha ido disfrutando de la preparación como si de un crescendo se tratase. Las digresiones en el huerto fueron el primer movimiento. El segundo, el arreglo de mesa. Después, la entrada de cada plato… Concierto gastronómico que induce a pensar que el buen cocinero puede también ser buen director de orquesta erótica.
Ángel hace el papel de quien ha bebido: avanza en el gesto y la palabra.
Ana, recuperada, toma la delantera. Rehace la ruta de él. Lo quiere ahora, como lo fue antes ella, juguete en sus manos. …..
6.- Ritual.
Mollejas con surtido de hongos en cazuela de hierro, para una actuación trepidante a dos manos, mientras las notas punteadas de Daphne, la ópera más lírica de Strauss,reproducen la metamorfosis a través de un estallido de contrastes entre lo divino y lo humano...
Magali recuerda a una koré… y Arnau, se siente atrapado. Le atrae su belleza distante y la fragancia singular que se desprende de su cuerpo, pero siente angustia y rabia ante una naturaleza tan independiente. Intuye que no será empresa fácil, aunque confía en el triunfo. Sólo por este camino dejará de pensar en ella, que así ha sido siempre.
Sabe de su magnetismo y se aprovecha. Las mujeres sobre todo se pierden por ese vagabundo ingobernable y amoral, de carácter alegre y embaucador, de ingenio y verbo fáciles, que nunca acepta responsabilidades. Sin embargo, con Magali se siente vulnerable y teme una intimidad que, al mismo tiempo, no deja de fascinarlo y que, por otro lado, ella ni le ha ofrecido, ni pedido.
Esta vez sí que se ha enamorado –baja la cabeza- pero ella no quiere saber nada.
Continua…
7.- Tabú.
Explosión de chocolate caliente sobre fresas en su jugo, para un par que se convirtió en un trio. Las Variaciones Goldberg en versión deJacques Loussier, y en versión de Eleonore Búhler-Kestler, ponen la música.
Más que un trio, es un quinteto. Ramón, Hipólito, el marido…. Ana y la mujer de Ramón… Son multitudes.
Toda una explosión de chocolate caliente….